Métodos inquisitorios para acabar con la disidencia: el reino de Tebas

Javier Tebas ha convertido bajo el caballo de Troya de la educación al fútbol en una caza de brujas en la que la seguridad jurídica brilla por su ausencia. Tanto LFP como la RFEF tienen bajo su poder -directa o indirectamente- una serie de organismos que acusan y sancionan de manera totalmente arbitraria, sin ningún criterio aparentemente ecuánime. Así, observamos que el Comité de Árbitros denuncia a Amadeo Salvo, Carlos González o Nuno Espirito Santo por cuestionar la actuación arbitral y sin embargo no actúa ante el gesto de Cristiano Ronaldo, contra el que por cierto ya se habían "querellado" en una ocasión tras el clásico en marzo de 2014 y que, por tanto y dada su reincidencia, estaría más justificada una posible intervención. O el caso de Arda Turan, que ante una decisión que no le agradaba decidió lanzar una bota al linier. No pasó nada.

El tema no es que tengan que sancionar o no a Arda Turan o a Cristiano Ronaldo, sino que existe una percepción generalizada entre los aficionados de un trato de favor a determinados clubes o jugadores y los hechos así la apoyan. Sin ir más lejos, en esta misma jornada uno ve como a un jugador del Real Madrid el Comité de Apelación le retira de manera correcta una tarjeta amarilla que no merecía y que le hacía cumplir ciclo de tarjetas y sin embargo no le retira la tarjeta roja a un jugador del Valencia, tarjeta que tampoco estaba justificada.

Hasta aquí uno podría aceptar la realidad o no. Bueno, quizás ahora sólo quede aceptarla sin más, pues Tebas ha blindado a los árbitros y a los organismos y cualquier calentón puede acabar ahora con una factura de 3.000 euros y una prohibición de por vida de acceso a recintos deportivos si eres aficionado o algo mayor si eres representante de algún club. La censura ha llegado al fútbol español. Como pasaba antiguamente en la Inquisición, el miedo a ser denunciado limita la libertad individual y coarta uno de los derechos elementales de todo individuo como es el de expresarse de manera libre.

Eso sí, ante posibles introducciones de tecnología, los dirigentes responden cosas como que los fallos arbitrales son "la salsa del fútbol", obviando de manera mezquina que si hay algo que fomente por excelencia la violencia es un árbitro fallando estrepitosamente contra tu equipo y más en algunos casos dónde estos fallos son sistemáticos.