Las cláusulas de rescisión son un tema recurrente en cada periodo de fichajes pero aun así no queda muy claro cómo funcionan. Para explicarlo, se va a seguir durante todo el artículo el ejemplo del caso de José Luis Gayà, futbolista de moda y en el que una cláusula de por medio aparentemente baja puede ser la mejor arma de defensa del club propietario del jugador, el Valencia CF, ante un supuesto interés del Real Madrid. La cláusula actual del jugador valencianista asciende a 18 millones de euros.
En una transferencia, hay que distinguir entre dos casos:
- Caso 1: el traspaso de un jugador se realiza por la cantidad de la cláusula de rescisión con acuerdo entre clubes. En este caso, la cláusula realmente no se está ejecutando, y por tanto estamos ante un traspaso normal y corriente. En nuestro ejemplo: Gayà es traspasado al Real Madrid por 18 millones previo acuerdo entre Valencia y Real Madrid.
- Caso 2: no hay acuerdo. Se deposita la cláusula de rescisión en la Liga de Fútbol Profesional.
En el primer caso, el Real Madrid debe soportar un IVA del 21% (deducible) ya que se trata de una transmisión de derechos. El Valencia recibiría por lo tanto 21,78 millones, de los cuales 3,78 deberían ser ingresados en Hacienda. El coste para el club blanco es de 18 millones una vez deducidos los impuestos.
En el segundo caso hay a su vez dos alternativas: (1) el jugador (Gayà) ingresa el dinero en la LFP o (2) el club comprador (Real Madrid) es directamente el que deposita el dinero en la LFP.
El jugador ingresa el dinero en la LFP
El futbolista recibe el dinero del club comprador y lo ingresa en la LFP. Esta transferencia de dinero es considerada como una retribución de trabajo y, por tanto, es gravada por el IRPF. Antes de la nueva reforma del IRPF introducida en 2015, se habría aplicado un tipo marginal del 52% (correspondiente al último tramo de renta). Con la nueva ley, el tipo a aplicar es del 47%, por lo que la operación queda de la siguiente manera:
18.000.000 x 1.47 = 26.460.000€
El coste total para el Real Madrid ascendería a 26,46 millones de euros, de los cuales 18 irían a parar a las arcas valencianistas y 8,46 a Hacienda.
El club comprador ingresa el dinero en la LFP
En este caso el club paga el total de la cláusula de rescisión sin soportar ningún impuesto. El IRPF no se paga ya que estaríamos ante una transacción entre dos entidades jurídicas y el IVA sería deducible y además existe un precedente, el traspaso de Ronaldo del Inter al Madrid, dónde la operación se resolvió sin ningún tipo impositivo de por medio.
Aun así, esta opción no está del todo claro que disponga de soporte legal pues no hay consenso entre el reglamento FIFA y el reglamento de la LFP. Por lo que este supuesto habría que cogerlo con alfileres.
La mejor opción
Tanto el último caso analizado como el caso en el que hay acuerdo entre clubes tienen el mismo coste para el club comprador, 18 millones de euros. Es decir, el Real Madrid podría hacerse con Gayà por 18 millones de euros, cantidad que ingresaría el Valencia CF.
El peor caso es en el que el jugador es quién deposita la cláusula. El Valencia recibiría en cualquier caso la misma cantidad, pero en este caso el Real Madrid vería la operación encarecida en 8 millones de euros (total 26). Hacienda también saldría ganando.
Sin voluntad no hay acuerdo y otros condicionantes
Pese a todo lo anterior, la última palabra la tiene siempre el jugador. No se puede ejecutar una cláusula de rescisión si el propio jugador no quiere. Si Gayà no quiere salir, no saldrá.
Otro tema a tener en cuenta es que la ejecución de la cláusula puede acarrear conflicto entre clubes, por lo que muchos equipos evitan este tipo de acciones para no romper relaciones. Traducido a nuestro caso, el Real Madrid puede estar interesado en no ejecutar la cláusula para no romper relaciones con un club como el Valencia CF.
De hecho en la mayoría de los casos se acude a la negociación y en todo caso se firman traspasos por el valor de la cláusula pero sin ejecutar ésta formalmente.
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